martes, 3 de marzo de 2020

Cuando la rutina carcelaria cobra vida

                                     
Nombre del libro: Postales tumberas.
Autor: Jorge Humberto Larrosa.
Editorial: Aguilar.
Año de edición: 2009.
Cantidad de páginas: 246.
Precio de lista: $415.

Jorge Humberto Larrosa nació en Montevideo, Uruguay, el 5 de noviembre de 1959. Trabaja como fotoperiodista. Realizó diversas coberturas fotográficas para el diario Página 12, entre las que se destaca la de la toma de rehenes de Ramallo. A mediados de los años noventa, el periodista “Bebe” Contepomi le presentó a Andrés Calamaro, que lo inició en la composición de letras de canciones, varias de las cuales fueron musicalizadas y grabadas por el ex tecladista de “Los Abuelos de la Nada”, como por ejemplo “Nos volveremos a ver” que está en “El Salmón”. Forma parte junto de “Los Poetas de la Zurda”, el movimiento literario no intelectual, que integra junto al ex cantante de “Los Rodríguez” y Marcelo “Cuino” Scornik. En 2009 publicó su primer y, único libro hasta el momento, llamado “Postales Tumberas”, que cuenta con un prólogo escrito por Calamaro.
En este libro se narra la rutina carcelaria, y distintos sucesos como la fuga del “Gordo” Valor y “La Garza” Sosa de la cárcel de Devoto el 17 de septiembre 1994, un asalto frustrado a un camión blindado y varios episodios más que parecen creados para el cine pero pertenecen a la vida real.

Una de las cosas que más se destacan en el libro es el personaje de “El Zurdo”, a quien Jorge Larrosa le da vida y sirve como un nexo entre los diversos relatos y funciona como una especie de protagonista. Este personaje, que aparece tanto en el inicio del libro como en el cierre, tiene una historia de vida muy interesante que atrapa a los lectores. Queda detenido, es llevado a la cárcel de Devoto y ahí comienza a tener la idea de estudiar alguna carrera para intentar progresar.

“El Zurdo” tiene importantes diálogos y en sus apariciones deja frases muy buenas como por ejemplo la siguiente: “no quiero decir que los chorros de antes fueramos mejores, pero nosotros no atacábamos a los jubilados para sacarles la pensión, nunca se nos hubiera ocurrido ir tras la guita de un tachero, de un remisero, de un pobre tipo que apenas llega a fin de mes. Nunca matamos al pedo”.

Una de las partes más atrapantes del libro es cómo se cuenta la fuga de la cárcel de Devoto, del “Gordo” Valor, “La Garza” Sosa, El cabezón Paulillo, Julio Pacheco y “El ruso” Nielsen, del 17 de septiembre de 1994, que quedó registrada en video por alguien que vivía en frente. Se narra toda la planificación que realizaron, los problemas que tuvieron mientras hacían los preparativos (en los cuales ayudó “El Zurdo”) y cómo hicieron para fugarse.

Otro punto a destacar es lo bien que describe el escritor los lugares, los distintos personajes, etcétera. También va llevando correctamente algunos momentos de tensión.

Además se destacan, por sus interesantes historias, varios de los personajes secundarios como “El viejo” Lito, Jose Luis “El Pata”, “El Loco” Julio, “Pillín”, “El Cabezón” y “El tano”.

Jorge Larrosa, para escribir este libro, realizó una exhaustiva investigación previa con entrevistas a varios reclusos reales. Eso se ve reflejado en cómo hace para explicarle muy bien al lector los códigos que hay dentro de la cárcel entre los presos como por ejemplo no preguntarle al otro qué delito cometió, respetar el sueño del preso, etcétera. 

También se ve reflejada esa investigación en  algunos términos y palabras “tumberas” (y cómo las utiliza a lo largo del libro) que enseña, como por ejemplo “palito” (lugar donde están quienes no son aceptados en el pabellón por el resto de los reclusos), “pajarito” (licor que preparan los presos en el pabellón), entre otras.

Otras cosas del mundo carcelario que le explica muy bien Jorge Humberto Larrosa al lector, son los tipos de “tumberos” que hay, las distintas partes del pabellón, etcétera.

En las últimas quince páginas del libro hay, a modo de “bonus track”, letras de canciones que hicieron Larrosa y Andrés Calamaro en conjunto. “El bocho de la zurda”, “La visita”, “La ranchada de los paraguayos”, “Mancada en La Pampa” y “El Zurdo (pabellón séptimo)” son algunos de esos temas.

El escritor logra a lo largo de toda esta novela que los presos y delincuentes son personas como cualquier otra, y de esta manera logra que los lectores se conecten mucho con estos.

Por todo esto y porque logra dejar en claro el mensaje que el autor quiere dar, “Postales Tumberas” es un libro muy interesante para leer y 100% recomendable.

Nuestra calificación: 10.

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