Cyrano de Bergerac es una obra francesa del género de drama, basada en la vida del poeta homónimo, escrita por Edmond Rostand y publicada a finales del siglo XIX. Actualmente, en el Teatro San Martín, es representada los sábados a las 20 con las actuaciones de: Gabriel “El Puma” Goity, María Abadi, Mariano Mazzei, Fernando Lúpiz y Larry de Clay, entre otros.
La trama cuenta la historia de Cyrano (Goity), un poeta que está perdidamente enamorado de su prima Roxane (Abadi), pero no se anima a decírselo por miedo a ser rechazado debido a su prominente nariz. Este, al saber que ella ama al joven y hermoso Christian de Neuvillette (Mazzei), decide ayudarlo aportando lo que al otro le falta: la elocuencia.
Lo que más se destaca en esta obra son las actuaciones, en especial la de Goity quien despliega todo su talento. Interpreta al personaje principal de forma muy expresiva, y hasta modifica su tono cotidiano de hablar para de esa forma lograr un papel muy convincente y verosímil.
La puesta en escena es alucinante; uno de los momentos más asombrosos es el combate con espadas entre el protagonista y el personaje encarnado por Lúpiz, que al tener una amplia trayectoria en la esgrima se encargó de entrenar al “Puma” para dicho cuadro.
La tarea de la escenógrafa Pilar Camps es encomiable. Sobre el escenario logra crear distintos ambientes que se sienten muy reales como un palacio, una pastelería, un campo de batalla y las inmediaciones de un convento.
Cyrano es una gran producción que no tiene nada que envidiarle a las mejores obras de Broadway. Este clásico francés del teatro es altamente recomendable para ir a ver y pasar un grato momento.
Nuestra opinión: Muy buena.
Lo que más se destaca en esta obra son las actuaciones, en especial la de Goity quien despliega todo su talento. Interpreta al personaje principal de forma muy expresiva, y hasta modifica su tono cotidiano de hablar para de esa forma lograr un papel muy convincente y verosímil.
La puesta en escena es alucinante; uno de los momentos más asombrosos es el combate con espadas entre el protagonista y el personaje encarnado por Lúpiz, que al tener una amplia trayectoria en la esgrima se encargó de entrenar al “Puma” para dicho cuadro.
La tarea de la escenógrafa Pilar Camps es encomiable. Sobre el escenario logra crear distintos ambientes que se sienten muy reales como un palacio, una pastelería, un campo de batalla y las inmediaciones de un convento.
Cyrano es una gran producción que no tiene nada que envidiarle a las mejores obras de Broadway. Este clásico francés del teatro es altamente recomendable para ir a ver y pasar un grato momento.
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